Big
Muff, “My Funny Valentine”
V. La primera cita con V. fue una cena en un pequeño
restaurante del Raval. Ella era niña pija, casada, y por tanto le convenía
citarse en un barrio alejado de sus círculos habituales. Hubo algún beso y
magreo de despedida, ella aún no estaba decidida a dar el paso en un primer
encuentro.
El
hotel Zenit era un discreto y elegante hotel en la calle Santaló, ubicación muy
adecuada para citas discretas en horario de oficina. Yo lo conocía de haberme
citado allí con Ca. un par de veces, y allí cité a V. para consumar con ella su pequeña aventura
extraconyugal. Por aquel entonces yo empezaba a estar cansado de aquella sucesión
de historias intrascendentes, deseaba encontrar algo más estable, pero sin duda
la inyección de euforia para el ego que suponía follarse a una rubita de la
zona alta, sin más compromiso que el de satisfacer sus lujuriosos deseos, era
una tentación difícil de resistir.
“- Te he echado mucho de menos… no paré de
pensar en ti” – me dijo en el chat.
Y otra frase realmente
halagadora:
“- Ya sabes dónde encontrarme… cuando te apetezca”…
Nos
citamos una segunda y última vez, en el hotel Senator, cerca del Camp Nou.
Después mantuvimos contacto esporádico por chat y cada cual continuó con su
vida…
No he vuelto a saber de ella.
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