martes, 12 de mayo de 2020

Echo de menos nuestros encuentros robados… (XI)


Big Muff,   “My Funny Valentine”


V.  La primera cita  con V. fue una cena en un pequeño restaurante del Raval. Ella era niña pija, casada, y por tanto le convenía citarse en un barrio alejado de sus círculos habituales. Hubo algún beso y magreo de despedida, ella aún no estaba decidida a dar el paso en un primer encuentro.

El hotel Zenit era un discreto y elegante hotel en la calle Santaló, ubicación muy adecuada para citas discretas en horario de oficina. Yo lo conocía de haberme citado allí con Ca. un par de veces, y allí cité a V.  para consumar con ella su pequeña aventura extraconyugal. Por aquel entonces yo empezaba a estar cansado de aquella sucesión de historias intrascendentes, deseaba encontrar algo más estable, pero sin duda la inyección de euforia para el ego que suponía follarse a una rubita de la zona alta, sin más compromiso que el de satisfacer sus lujuriosos deseos, era una tentación difícil de resistir.

Al parecer nuestro encuentro le dejó buen recuerdo. Durante el fin de semana ella volvió a sus rutinas familiares, pero el lunes, de vuelta en la oficina, me contactó de nuevo.: 
 “- Te he echado mucho de menos… no paré de pensar en ti” – me dijo en el chat. 
Y  otra frase realmente halagadora: 
“- Ya sabes dónde encontrarme… cuando te apetezca”…

Nos citamos una segunda y última vez, en el hotel Senator, cerca del Camp Nou. Después mantuvimos contacto esporádico por chat y cada cual continuó con su vida… 

No he vuelto a saber de ella.


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