viernes, 24 de septiembre de 2010

Septiembre

Septiembre. Fin de verano. Un asco de verano, bien mirado.
Anyway, Aqui estamos. EN casa y solo, como era de esperar. Tampoco me importa. Ya pasó la época de las citas frenéticas, de los chats compulsivos.

Por fin, la madurez. Cierta madurez al menos. En otras cosas seguiré siendo siempre un gilipollas.
Serenidad, un mínimo de serenidad. Para pasar el dia paseando en bici, navegando, una cerveza en el puerto al atardecer, disfrutando del simple placer de contemplar ese cielo rojo y negro, deleitandome con el son delicado de unos acordes de guitarra.

Sí, he añorado compañía, quizá de A., quiza de S. Alguien con quien compartir placeres tranquilos y sutiles.
No se por qué resulta tan dificil compartir estas cosas con C. Tiene sensibilidad suficiente, quizá incluso más que yo. Qué nos sucede, pues?
Misterios de las relaciones, quizá puro cansancio.

Cierto que con S. parecía haber una magia que impregnaba ese tipo de instantes, pero en cierto modo yo era ajeno a esa magia, me limitaba a contemplarla con una sonrisa incrédula y divertida, sin creer del todo en ella.

Mi sempiterna racionalidad, esa que nunca me ha dejado disfrutar de las cosas.

Bien, poco más que decir. Siento una rabia contenida, no se por qué, el vino quizá. Veo que si siguiera en esta soledad mi caracter volvería a ser agrio, frustrado. Y sin embargo tampoco la convivencia me aporta la paz de espíritu. Quiza una combinacion de ambas.