viernes, 4 de septiembre de 2020

Aeropuerto.

 

El viernes la recogí de nuevo en el aeropuerto -ella trabajaba allí- y fuimos al Bestial. No nos tocamos apenas, a pesar de que durante la semana habiamos flirteado, después de una primera cita  en la que ya hubo beso y cierto magreo.


 Nos hicieron esperar y luego nos sentamos. La cena transcurrió agradablemente, las vibraciones seguian en onda y hacia los postres noté cómo me tocaba  la pierna con el pie, por debajo de la mesa...  empezamos a jugar con caricias furtivas bajo el mantel  y finalmente me levanté y nos besamos allí mismo. 


Salimos del restaurante y dimos un paseo ya cogidos de la cintura y besandonos frecuentemente. Entramos en una disco alli al lado con divanes, sería el Opium o el Carpe Diem, y estuvimos dándonos el lote un buen rato. Ella me dijo que tenia la regla y que no queria hacer nada pero finalmente le sugerí que viniera a casa a dormir junto a mi y aceptó. 


Una vez en casa, al salir yo del baño la encontré tendida boca abajo en la cama,se habia quitado los pantalones, estaba en bragas y camiseta. Sus piernas  y culo eran francamente excitantes. Se hacia un poco la dormida asi que me desnudé del todo y me tendí a su lado. Empecé a besarla y acariciarla y después de un rato de conversación y mimos le cogí la mano y la puse sobre mi sexo. Ella aceptó la invitación y pronto empezó a besarme el cuerpo y se arrodilló entre mis piernas, inclinó la cabeza con su larga cabellera negra y empezó a comerme la polla. Su técnica era buena, no muy variada pero efectiva, la sujetaba con la mano y hacia el trabajo con la cabeza, apretando el glande con la boca lo justo para excitarlo sin hacer daño. Estuvo un rato asi y facilmente llegué al orgasmo, intenso, intenso, después de toda la semana de desearla... Aluciné al notar que se tragaba toda la leche, no puse ninguna objeción, claro está.


Estuvimos abrazados toda la noche, hablando y sin dormir. Después de unas horas volvió a hacerme la misma mamada, también me corrí en su boca sin dificultades y ella se volvió a tragar el semen, me parecía una maravilla.


Ya por la mañana quise yo acariciarla y ella empezó a dejarse, tendida boca abajo le acaricié la entrepierna por encima de la tela. Ella se excitó y se quitó las bragas, asi que yo continué acariciándole, ahora ya buscando la zona del clítoris con mis dedos índice y mayor. Le hice un movimiento vertical, dejando el clitoris entre los 2 dedos y ella se iba excitando cada vez más hasta que finalmente se corrió. Me sentí muy satisfecho.


Un rato de caricias después quise penetrarla por fin y ella estuvo de acuerdo, se tendió boca arriba, me puse condón y estuvimos un rato follando... Me excitaba la expresión de su rostro al penetrarla, le brillaban los ojos con lujuria y sonreía de una forma sexy que sólo aparecía en esos momentos. Le gustaba hablar mientras lo hacíamos, me pedía que la follase, que le gustaba estar abierta para mí...


A las pocas semanas de vernos me decidí  por fin a terminar un matrimonio de trece años que ya no tenía ningún sentido prolongar.




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