viernes, 28 de mayo de 2010

El placer del riesgo

Te digo las instrucciones del juego...?

NO SABIA QUE HABIA JUEGO

si no quieres jugar...

NO, EXPLICA....

La puerta de la habitación estará abierta

Entra

veras poca luz

cierra

en el pomo de la puerta

por dentro

habra una venda para los ojos...

póntela

quedate junto a la puerta

respira

a partir de ese momento

harás exactamente lo que yo te diga

te atreves....?

PERO......PUEDO DECIR NO EN CUALQUIER MOMENTO NO?

no haras nada que no desees hacer....

el juego se acabará en el momento que tu decidas

ESPERO PODER LLEGAR HASTA EL FINAL....

ESO SIGNIFICARA QUE ME HA GUSTADO

estoy seguro de que te gustará...

HABRA ALGUIEN MAS?

no por supuesto

BUENO....

qué ropa llevas?

falda?

SI

MEDIAS DE LIGA

perfecto...

SUPONIA QUE TE GUSTARIA

Llevabas días chateando con él, sin saber cómo te has dejado seducir, te inspira confianza y tu instinto nunca te ha fallado. No es la primera vez ni mucho menos que haces sexo con extraños, así que decides acudir a la cita y lanzarte al vacío, en busca de esa sensación de vértigo que te hace sentir viva.

Llegas a la hora convenida, a mediodia, entras al vestíbulo del hotel, te ha enviado un sms con el número de habitación. Le haces una llamada perdida para indicarle que has llegado. Subes en el ascensor. Caminas, nerviosa hasta la puerta de la habitación, que está entreabierta.

El corazón se acelera, pero lo has decidido y entras en la oscuridad. Tal y como te indicó, hay un antifaz en el pomo de la puerta, por dentro. No se ve a nadie en la habitación oscura, se adivinan algunos puntos de luz, parecen velas encendidas. Se oye música chillout, sensual y rítmica. Cierras la puerta, sin pensarlo más te colocas el antifaz y esperas, con el abrigo en la mano. Sigues sin ver ni oir a nadie, haces un esfuerzo y articulas un “hola”.

Con el corazón palpitante y la respiración acelerada oyes unos pasos que se acercan sobre la moqueta, una voz masculina te responde, “Hola”, es una voz cálida y segura, te inspira confianza. Notas como te coge el abrigo que sostenias en el brazo y al mismo tiempo una mano te coge la tuya, la levanta y notas unos labios que la besan suavemente. Te sorprende gratamente el detalle. Sonríes y protestas “Estoy en desventaja” musitas. “Ven” te contesta suavemente la voz, tranquilizadora, te guía de la mano unos pasos y a continuación te abraza por la cintura con un movimiento delicado y envolvente y sientes sus labios sobre los tuyos, un beso corto pero sensual. Te suelta, y oyes un liquido que se derrama en un vaso, te coge la mano y te coloca en ella una copa. Tienes que volver al trabajo por la tarde y protestas “No puedo beber”, “Bebe un sorbo” te dice, obedeces, notas las burbujas del champagne cosquilleando tu nariz, bebes un poco, sonríes al notar la calidad de la bebida. Empiezas a sentirte a gusto con lo que va sucediendo y te notas cada vez más excitada, intrigada, expectante... sigues de pie y notas su presencia moviendose junto a ti.
“Abre la boca” te susurra, obedeces dubitativa entreabriendo ligeramente los labios, notas de repente en ellos algo redondeado de textura suave que no identificas.
“Saca la lengua”, te ordena su voz, y tocas con ella el objeto, un tanto rugoso, empiezas a identificar su olor, lames ligeramente, parece fresa, te decides a morder despacio y en efecto, es una fresa, la saboreas y de repente notas su boca besando la tuya, esta vez un beso húmedo y profundo, juegas con el trozo de fresa entre tu lengua y la suya… Sin duda sabe besar, y tu excitación sube varios puntos más, te sientes lanzada en una espiral de sensaciones que gira cada vez más deprisa, empiezas a notar calor en tu entrepierna…

Te da a beber otro sorbo de champagne y vuelve otra fresa a tu boca, seguida de otro objeto diferente, más duro y rugoso, lo chupas ya sin dudar, notas el sabor untuoso del chocolate, muerdes despacio, su interior se derrama en tu lengua, cremoso, el placer continúa invadiendote.

Sigues notando su mano rozando la piel de tus brazos, o rodeando tu cintura, ahora notas una caricia suave en tu cuello con un objeto pequeño, redondo y fino, luego el mismo objeto en tus labios, otra fruta quizá, sí, cerezas, otro beso embriagante, empiezas a abandonarte a su voluntad, tal como ya venías dispuesta a hacer, pero ya sin dudarlo.

Oyes un ruido sordo y te guia la mano al respaldo de una silla, que ha colocado junto a tí. “Para que tengas una referencia” te dice, notas como él se aparta de tu lado, parece que se sienta en una cama o sofa. Sigues de pie, erguida, sin ver nada a traves de la venda de tus ojos, la música envolvente continúa transportandote por este lugar cada vez más turbador. Palpas la silla unos instantes. Entonces te ordena, “Quítate la falda”, su voz suena suave pero decidida. Sin pensar, desabrochas el cierre y deslizas la falda por las piernas, te la quitas, la dejas caer al suelo. Llevas medias con liguero negras, un tanga rojo, intuyes su mirada explorándote, recreándose en tu figura, tu excitación sigue aumentando.
“Quitate el jersey”. Es un jersey de punto, es el mes de enero, fuera hace frío. Te lo quitas con cuidado, descubriendo el corset rojo que llevas debajo. Sientes un indecible placer al exhibirte así, erguida semidesnuda ante él, imaginas el efecto que causa tu cuerpo enfundado en lencería, expuesto a su mirada, provocando su excitación. La música sigue sonando a tu alrededor, él no dice nada, notas que se acerca despacio, se coloca a tu espalda, muy cerca, notas el roce de su ropa en tu piel desnuda, Te coge las manos desde atrás y las eleva hasta juntarlas por encima de tu cabeza, te dice que separes las piernas… te sientes completamente expuesta ante él, brazos en alto, tu torso arqueado, tus muslos tensos… y notas por fin sus manos empezando a recorrer lentamente tu cuerpo sobre la suave tela de tu lencería, descienden por ambos lados por tus caderas, hasta la fina piel de tus muslos que queda al descubierto, junto a tu vulva que ya notas húmeda y ansiosa, su respiración lenta pero excitada en tu nuca. Se recrea acariciándote todo el cuerpo, tus pechos, tus nalgas desnudas, tu entrepierna, tu respiración se hace más profunda y temblorosa. Notas cómo te desliza el tanga muslos abajo, sientes tu coño ya húmedo y caliente.

Tras quitarte el tanga te desabrocha el corset y se aparta de tu lado, prolongando tu deseo de más caricias, sigues de pie completamente desnuda salvo el liguero y las medias, con las manos detrás de la cabeza, entregada y caliente. Entonces te sorprende un contacto intensamente frio en tus hombros, notas algo semilíquido que se desliza por tu piel, reconoces en seguida un helado cremoso, que se desliza espalda abajo, haciendo círculos que te provocan escalofríos de placer, desciende por tu nalgas, se desliza por en medio, y luego te roza ligeramente tu vulva depilada. Te notas impregnada, como una tela fría y cremosa que vistiera de nuevo tu piel desnuda. Entonces notas que te coge la mano y te hace dar dos pasos, te inclina hacia delante y palpas un sofa de tela. Sus manos te obligan suavemente a apoyar los dos brazos en el sofa, mientras sigues de pie con las piernas separadas. Tu sexo rezuma ya gotas de flujo que asoman entre los labios mientras su lengua lame toda tu espalda recobrando el helado derramado. Notas su cara abrirse camino entre tus nalgas y su boca alcanzar tu coño, empieza a lamerte lenta y sensualmente mientras tú sientes cómo te derrites literalmente de placer. Empiezas a jadear y te ordena te pongas de rodillas en el sofa, le ofreces todo tu culo y tu coño que él sigue chupando con deliciosa insistencia. Empiezas a gemir de placer, tu excitación está ya al máximo disfrutando de su lamida, notas su lengua recorriendo con delicada maestría cada pliegue de tu vulva, hasta que no puedes más y te desplomas sobre el sofá, te giras y le pides levantando tu cara y abriendo tus labios: “Dame tu polla...” Él se aparta mientras tu sigues en esa postura, toda húmeda, tu boca entreabierta, esperando, oyes cómo se desnuda por fin y sientes como se acerca, pronto notas un pene erecto invadiendo tu boca con decisión. Lo chupas con avidez, ardiente de deseo, lo recorres con la lengua y los labios, disfrutando de cada centímetro, de toda su carnal potencia.

Entonces, mientras sigues así desnuda a sus pies, con toda su polla en tu boca, suavemente te quita la venda de los ojos...

Levantas la vista, recorres su cuerpo desnudo sobre ti, hasta encontrarte finalmente con su mirada.


Unas dos intensas horas más tarde abandonamos aquella habitación de hotel.

Aquel mismo día recibí un mail:

>From:
>To:
>Subject: A.
>Date: Thu, 11 Jan 2007 16:05:01 +0100
>ME HAS DEJADO SIN PALABRAS... PARA MI HA SIDO GENIAL... NO PUEDO BORRAR LA SONRISA DE MIS LABIOS... SIMPLEMENTE: GRACIAS...
>
>A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario