sábado, 13 de diciembre de 2014

¿Mito o realidad?

Hacía tiempo que no escribía nada aquí. Veo que lo dejé justo al poco tiempo de empezar mi segunda fase en Meetic. Ya he contado alguna vez que estuve dos o tres años conectado, conocí a bastantes chicas, unas setenta, y finalmente encontré una con la que estuve conviviendo cinco años.

Pero en fín, nada es eterno y volví al ruedo a mediados de 2013. Al principio me desanimé un poco, cuesta volver a ponerse en marcha, encontrar a alguien interesante, iniciar conversaciones.

Finalmente empecé a conseguir algunas citas, y hacia el final del verano la cosa empezó a funcionar bastante bien. En resumen, en 2013 llegué a mi cita número 97 (total acumulado), y me acosté con once mujeres diferentes, más alguna ex que no cuento. Y lo que es más importante, encontré una chica con la que llevo saliendo desde finales de 2013.

Así que bueno, para mí Meetic sigue siendo un buen filón, cada cual dentro de sus posibilidades, claro, habrá quien se ligue dos o tres cada semana y habrá quien no se coma una rosca en un año, esto es así en todas partes.

De modo que en mi opinión, y para mis parámetros, no es un mito, sino que tus deseos se pueden hacer realidad antes de que lo que esperabas. Tener sexo en la primera cita, acostarte con una chica el viernes y con otra el sábado, o tres en una semana, o historias similares, sigue siendo posible, incluso para alguien como yo, de mediana edad y escasamente atractivo.

Podéis pensar que pongo el listón muy bajo, pero como ya he dicho alguna vez, a mí sólo me gustan mujeres delgadas, con bonitos ojos y rostro, buen culo y de nivel cultural medio o alto.

Y puestos a rizar el rizo, insisto en lo de cuidado con lo que deseáis, porque se puede hacer realidad:

Después de varios meses de salir con la chica que conocí, pues bueno, como me suele suceder, estoy a gusto, es cómodo, me resuelve el tema sexual y tengo compañía agradable en viajes y actos varios, incluidos los familiares. Sin embargo… enamorado, lo que es enamorado, no lo estoy.

De modo que, quizá sucumbiendo a la adicción (sí, ese mito sí es cierto, Meetic es muy adicitivo), pues me volví a conectar.  Esta vez ya buscando rollito pasajero, incluida la opción de mujeres casadas con ganas de marcha sin compromiso.

Y, voilà, por difícil que parecía (tardé un mes y medio en conseguirlo)… el sueño se hizo realidad. ¡Y de qué forma!

Un pedazo de mujer, una belleza impresionante. Casada, 45 años. Sí, no es una niña, pero vaya pedazo de hembra. Alta, delgada, un pecho y un culo de infarto, melena negra rizada, subida en unos taconazos, de esas mujeres que no puedes evitar girar la cabeza para admirarlas cuando te las cruzas por la calle. Unos mails, un par de citas con copa y besuqueo, y a la tercera, bingo!, hotel. Sexualmente insaciable. En tres horas, cuatro orgasmos ella, dos yo. Brutal. No podía creermelo. ¿Qué he hecho yo para merecer semejante regalo? Pues no lo sé, pero ahí está.

De modo que no desesperéis, todo es posible en esta vida. Eso sí, hay que trabajárselo. Por lo demás, como dice el maestro Woody Allen, en el fondo todo depende de tener… suerte.








No hay comentarios:

Publicar un comentario